Descubriendo México

martes, julio 05, 2005

Chiapas

Alguna gente me pregunta últimamente desde España cómo sigue la cuestión de Chiapas. El EZLN llevaba un tiempo sin ocupar espacio en los medios de comunicación, sin que esto quiera decir que estaban perdiendo influencia en el Estado de Chiapas o que hubiese dejado su lucha. Pero de repente, Marcos lanza un comunicado y vuelve a la primera línea con un discurso bastante diferente al que ha venido trayendo en los últimos tiempos. Y a mí que soy una desconfiada, lo que me da que pensar es que se acercan las elecciones presidenciales, que son el año que viene y Marcos, que siempre se ha caracterizado por su faceta comunicativa, quiere que Chiapas, o más bien su negociado, poniéndome de mal pensada, no se quede fuera de los programas electorales. De nuevo, apenas se habla de esto en los medios de comunicación diarios, que suelen centrarse en las declaraciones de unos y otros. Pero hoy he encontrado un artículo interesante, publicado en un newsletter mexicano que se llama Sentido Común, y me pareció que debía estar en este blog. Aquí lo lanzo.

Los rebeldes Zapatistas reaparecen para impulsar su agenda
por James C. McKinley Jr.
New York Times News Service
Oventic, Chiapas, 1 de julio – La señal en el camino a la entrada de este pueblo Zapatista dice: “Cerrado por Alerta Roja”, y lo que normalmente sería un bullicioso conjunto de tiendas, escuelas y fábricas de zapatos, así como de una clínica de salud, está en calma. Los rebeldes enmascarados que normalmente vigilan Oventic han sido llamados a una reunión en algún lugar de la selva en el sur de México.
Después de años de relativa calma, la veleidosa paz entre el gobierno y los Zapatistas se vio perturbada hace unos días luego de que los líderes rebeldes pusieron a sus fuerzas en alerta roja, cerraron los cinco centros de gobierno que establecieron en Chiapas en 2003, y dieron a conocer un aluvión de comunicados en los cuales hacían un llamado por un movimiento político de izquierda en toda la nación.
Aquí en Chiapas y en la Ciudad México, la pregunta es: ¿a qué le tira Marcos, el líder rebelde?
Los temores iniciales de que los rebeldes estaban planeando una ofensiva o reconcentrándose para atacar al gobierno se evaporaron después de que Marcos declaró en un comunicado desde su escondite en la selva que los Zapatistas no tenían ninguna intención de regresar a la lucha, la cual terminó oficialmente en 1995.
Sin embargo, desde entonces, Marcos ha dado a conocer varias misivas en internet poco claras. En la última, publicada el jueves, decía que los rebeldes tratarían de unirse para apoyar una agenda izquierdista antes de la carrera presidencial de 2006, y que enviarían una delegación de Zapatistas por todo el país para unir a los trabajadores de izquierda, a los activistas y a los estudiantes.
La misión de la delegación sería reescribir la constitución y “construir desde abajo una alternativa a la destrucción neoliberal y una alternativa de izquierda para México,” escribió Marcos, un académico cuyo nombre real, de acuerdo a los funcionarios del gobierno es Rafael Sebastián Guillén Vicente, y quien alcanzó una fama vertiginosa como el enmascarado y adversario armado del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, en la década de los noventa. “Iremos con nuevas políticas, por un programa de izquierda y una nueva constitución”.
La declaración estaba salpicada de retórica anticapitalista y en ella Marcos acusaba a los políticos de México de pisotear los intereses de los trabajadores y de los campesinos para favorecer al libre mercado.
“Lo que está pasando en México es que éste se ha convertido en un lugar donde las personas nacen y mueren sólo para trabajar por el enriquecimiento de los extranjeros, principalmente de los ricos gringos,” dijo.
El último comunicado de Marcos terminó con la especulación de que él podría intentar entrar a la contienda política como candidato a la presidencia o que estaba tratando de transformar a su banda de rebeldes en un partido político, una teoría que se ha extendido en los últimos días.
Pero dejó sin responder el tipo de papel que él está buscando representar en las elecciones presidenciales del próximo año.
Los candidatos más probables que se presentarán a las mismas son el ex ministro de gobernación del partido de centro-derecha del presidente Vicente Fox, el jefe de gobierno de la Ciudad de México y el líder nacional del partido que gobernó México durante siete décadas.
Marcos ha criticado duramente al jefe de gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, quien lleva la delantera en las encuestas. Los comentarios borraron cualquier noción de que el profesor marxista apoyaría a López Obrador sólo porque este era el más izquierdista de los candidatos.
En 2001, los Zapatistas marcharon por todo el país hasta la capital buscando aprobar reformas constitucionales que dieran mayores derechos a los pueblos indígenas. Pero cuando el Congreso aprobó una versión truncada de esas reformas, los rebeldes y su enigmático líder se retiraron a la selva y establecieron gobiernos autónomos en una docena de ciudades.
Desde entonces han establecido cinco centros de gobiernos regionales como el de Oventic, conocido como caracoles, cada uno conformado por juntas de representantes de los municipios rebeldes. Los centros regionales han hecho alarde de haber construido escuelas y hospitales, así como tiendas de artículos hechos por los indígenas, que van desde zapatos hasta mantas.
La estrategia de la administración de Fox ha sido enviar dinero para obras públicas en las ciudades no controladas por los Zapatistas, mientras que ha también mantenido bases militares a todo lo largo de los caminos más importantes de la región rebelde.
En estos días, el antiguo territorio que los rebeldes controlaban en 1994 es una extraña mezcla. El gobierno de Fox controla pueblos que están justo a un lado de municipalidades administradas por los rebeldes. La animosidad entre las ciudades que controla el gobierno y las ciudades controladas por los rebeldes ha subido de tono.
Aún cuando grupos internacionales de ayuda continúan enviando dólares a la región de los Zapatistas, los intentos pacíficos de los rebeldes por establecer sus propias comunidades utópicas los han sacado del centro de la atención pública.
Carlos Montemayor, un escritor que vive en la Ciudad México y quien simpatiza con los rebeldes, dijo que ésta no es la primera vez que Marcos manipula la situación magistralmente para promover su ideología marxista, sin tener que disparar un tiro.
“Esto no es nada extraordinario”, dijo Montemayor. “En los 11 años que han pasado luego de la rebelión, los Zapatistas han demostrado tener capacidad para la acción política. Yo creo que lo que está sucediendo es una demostración de que ellos todavía tienen capacidad para la acción política.”
Traducido por Midiala Rosales Rosa

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