el santo Malverde
Hoy un compañero me ha regalado un escapulario del santo Malverde. Cuando estuve en Sinaloa visité su capilla, y al regresar a la redacción lo comenté, por eso mi compañero me trajo mi regalo. El santo Malverde no es santo en realidad, ni siquiera está claro que haya existido. Pero es el patrón de los narcos, originarios del Estado de Sinaloa. Bueno, no sólo los narcos lo veneran, sino también la gente humilde del lugar. Es una manera de rebelarse contra los opresores, seguramente.
El caso es que la capilla del santo Malverde, con techo de uralita y toda decorada en verde (el color de la marihuana), está llena de estampas de la virgen, de sagrados corazones, y sobre todo de ofrendas. Tiene ofrendas de gente humilde, así como la primera pesca de camarón, pero también tiene placas de agradecimiento de narcos, donde dice “gracias por hacerme escapar de la policía” o porque la cosecha se diera bien y cosas así. De hecho, justo hoy comentaba eso con mi compañero, no me parece en nada casual que un personaje así, beatificado por el pueblo, se llame Jesús (nombre del hijo del dios católico) y Mal – verde (el color de la marihuana, o la mota, como dicen en México).
La sierra de Sinaloa es el lugar de mayor cultivo de marihuana del país. Mis amigos que conocen el lugar dicen que es impresionante ver las laderas cubiertas de verde. Alguna vez me gustaría ir.
El santo Malverde tuvo una vida de bandolero bueno. Se dice que nació en 1870 y murió el 3 de mayo de 1909. Por eso el 3 de mayo es su día, y la capilla se llena de flores y de peregrinos que vienen de lugares lejanos. En aquella época gobernaba en México un dictador, Porfirio Díaz, y coincide con el inicio de la Revolución Mexicana. Sea como fuere, el siglo XIX fue muy duro para México, con gobiernos inestables y guerras constantes, y la gente sufrió mucha pobreza. Y desde luego hubo muchos bandoleros desesperados por la pobreza. Es el momento ideal para la aparición de un personaje así, nacido humilde campesino que un día se harta, se lía la manta a la cabeza, y se dedica a asaltar caminos. Repartía el botín entre su banda, pero también lo compartía con la gente más pobre del lugar. Así nace la leyenda de Robin Hood a la sinaloense, robar a los ricos para dar a los pobres.
La leyenda también cuenta que un día, las fuerzas de seguridad del entonces gobernador le alcanzaron, y le hirieron una pierna. Se retiró a la sierra, y ahí su pierna comenzó a gangrenarse. Como quiera que fuera, cuanto más tiempo pasaba, mayor era el precio que el gobernador había puesto a su cabeza, así que apuró lo máximo posible. Cuando ya se sentía morir, hizo un último sacrificio por los pobres: pidió a un colaborador de su banda que le entregase al gobernador y que repartiese la recompensa entre los pobres de Culiacán. Así fue. Le ahorcaron, y el gobernador, prendido de odio, emitió un bando en el que prohibía que se le enterrase. Su cuerpo quedó donde mismo le ahorcaron, y la gente del pueblo, agradecida por la buena obra que hizo por ellos el santo en vida, le arrojaba piedras al cadáver cuando pasaba por su lado. Así fue como le construyeron una tumba a Malverde sin incumplir el bando dictado por el gobernador.
En la puerta de la capilla del santo Malverde, en Culiacán, venden toda clase de recuerdos relacionados con él, su vida y milagros, igual que ocurre en todas las iglesias cristianas al menos en el mundo latino. Venden escapularios, rosarios, un libro de oraciones (¡¡oraciones al santo Malverde!!), y un librito con su historia.
Muchos dicen que esta historia es leyenda, que los narcos buscan algo que justifique su negocio. El caso es que la imagen de Malverde, cuyos bustos e imágenes recuerdan a Pedro Infante, otro sinaloense ilustre, es la imagen que los narcos buscan para sí mismos. Trabajan al margen de la ley, son increíblemente violentos, pero allá donde radican hacen estupendas obras sociales para los más desfavorecidos. Sustituyen al Estado donde éste no llega. Y como todos, necesitan tener un referente espiritual.
Yo, que ni creo ni descreo, me he colgado el escapulario como agradecimiento a mi compañero primero y por si acaso después. Ya les contaré lo bien o mal que se porta el santo Malverde conmigo.
El caso es que la capilla del santo Malverde, con techo de uralita y toda decorada en verde (el color de la marihuana), está llena de estampas de la virgen, de sagrados corazones, y sobre todo de ofrendas. Tiene ofrendas de gente humilde, así como la primera pesca de camarón, pero también tiene placas de agradecimiento de narcos, donde dice “gracias por hacerme escapar de la policía” o porque la cosecha se diera bien y cosas así. De hecho, justo hoy comentaba eso con mi compañero, no me parece en nada casual que un personaje así, beatificado por el pueblo, se llame Jesús (nombre del hijo del dios católico) y Mal – verde (el color de la marihuana, o la mota, como dicen en México).
La sierra de Sinaloa es el lugar de mayor cultivo de marihuana del país. Mis amigos que conocen el lugar dicen que es impresionante ver las laderas cubiertas de verde. Alguna vez me gustaría ir.
El santo Malverde tuvo una vida de bandolero bueno. Se dice que nació en 1870 y murió el 3 de mayo de 1909. Por eso el 3 de mayo es su día, y la capilla se llena de flores y de peregrinos que vienen de lugares lejanos. En aquella época gobernaba en México un dictador, Porfirio Díaz, y coincide con el inicio de la Revolución Mexicana. Sea como fuere, el siglo XIX fue muy duro para México, con gobiernos inestables y guerras constantes, y la gente sufrió mucha pobreza. Y desde luego hubo muchos bandoleros desesperados por la pobreza. Es el momento ideal para la aparición de un personaje así, nacido humilde campesino que un día se harta, se lía la manta a la cabeza, y se dedica a asaltar caminos. Repartía el botín entre su banda, pero también lo compartía con la gente más pobre del lugar. Así nace la leyenda de Robin Hood a la sinaloense, robar a los ricos para dar a los pobres.
La leyenda también cuenta que un día, las fuerzas de seguridad del entonces gobernador le alcanzaron, y le hirieron una pierna. Se retiró a la sierra, y ahí su pierna comenzó a gangrenarse. Como quiera que fuera, cuanto más tiempo pasaba, mayor era el precio que el gobernador había puesto a su cabeza, así que apuró lo máximo posible. Cuando ya se sentía morir, hizo un último sacrificio por los pobres: pidió a un colaborador de su banda que le entregase al gobernador y que repartiese la recompensa entre los pobres de Culiacán. Así fue. Le ahorcaron, y el gobernador, prendido de odio, emitió un bando en el que prohibía que se le enterrase. Su cuerpo quedó donde mismo le ahorcaron, y la gente del pueblo, agradecida por la buena obra que hizo por ellos el santo en vida, le arrojaba piedras al cadáver cuando pasaba por su lado. Así fue como le construyeron una tumba a Malverde sin incumplir el bando dictado por el gobernador.
En la puerta de la capilla del santo Malverde, en Culiacán, venden toda clase de recuerdos relacionados con él, su vida y milagros, igual que ocurre en todas las iglesias cristianas al menos en el mundo latino. Venden escapularios, rosarios, un libro de oraciones (¡¡oraciones al santo Malverde!!), y un librito con su historia.
Muchos dicen que esta historia es leyenda, que los narcos buscan algo que justifique su negocio. El caso es que la imagen de Malverde, cuyos bustos e imágenes recuerdan a Pedro Infante, otro sinaloense ilustre, es la imagen que los narcos buscan para sí mismos. Trabajan al margen de la ley, son increíblemente violentos, pero allá donde radican hacen estupendas obras sociales para los más desfavorecidos. Sustituyen al Estado donde éste no llega. Y como todos, necesitan tener un referente espiritual.
Yo, que ni creo ni descreo, me he colgado el escapulario como agradecimiento a mi compañero primero y por si acaso después. Ya les contaré lo bien o mal que se porta el santo Malverde conmigo.
1 Lo que otros dijeron:
Todo es cuestiòn de fe... a muchos les da resultado, pero si hay titubeos.. se pagan los errores..
Es parte de la tradiciòn y costumbre mexicanas.. Por eso es bueno conocer...culturalmente y por el lado espiritual sòlo es confianza en este santito...
Por
Anónimo, el 17:39
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