Descubriendo México

miércoles, julio 20, 2005

el santo Malverde

Hoy un compañero me ha regalado un escapulario del santo Malverde. Cuando estuve en Sinaloa visité su capilla, y al regresar a la redacción lo comenté, por eso mi compañero me trajo mi regalo. El santo Malverde no es santo en realidad, ni siquiera está claro que haya existido. Pero es el patrón de los narcos, originarios del Estado de Sinaloa. Bueno, no sólo los narcos lo veneran, sino también la gente humilde del lugar. Es una manera de rebelarse contra los opresores, seguramente.

El caso es que la capilla del santo Malverde, con techo de uralita y toda decorada en verde (el color de la marihuana), está llena de estampas de la virgen, de sagrados corazones, y sobre todo de ofrendas. Tiene ofrendas de gente humilde, así como la primera pesca de camarón, pero también tiene placas de agradecimiento de narcos, donde dice “gracias por hacerme escapar de la policía” o porque la cosecha se diera bien y cosas así. De hecho, justo hoy comentaba eso con mi compañero, no me parece en nada casual que un personaje así, beatificado por el pueblo, se llame Jesús (nombre del hijo del dios católico) y Mal – verde (el color de la marihuana, o la mota, como dicen en México).

La sierra de Sinaloa es el lugar de mayor cultivo de marihuana del país. Mis amigos que conocen el lugar dicen que es impresionante ver las laderas cubiertas de verde. Alguna vez me gustaría ir.

El santo Malverde tuvo una vida de bandolero bueno. Se dice que nació en 1870 y murió el 3 de mayo de 1909. Por eso el 3 de mayo es su día, y la capilla se llena de flores y de peregrinos que vienen de lugares lejanos. En aquella época gobernaba en México un dictador, Porfirio Díaz, y coincide con el inicio de la Revolución Mexicana. Sea como fuere, el siglo XIX fue muy duro para México, con gobiernos inestables y guerras constantes, y la gente sufrió mucha pobreza. Y desde luego hubo muchos bandoleros desesperados por la pobreza. Es el momento ideal para la aparición de un personaje así, nacido humilde campesino que un día se harta, se lía la manta a la cabeza, y se dedica a asaltar caminos. Repartía el botín entre su banda, pero también lo compartía con la gente más pobre del lugar. Así nace la leyenda de Robin Hood a la sinaloense, robar a los ricos para dar a los pobres.

La leyenda también cuenta que un día, las fuerzas de seguridad del entonces gobernador le alcanzaron, y le hirieron una pierna. Se retiró a la sierra, y ahí su pierna comenzó a gangrenarse. Como quiera que fuera, cuanto más tiempo pasaba, mayor era el precio que el gobernador había puesto a su cabeza, así que apuró lo máximo posible. Cuando ya se sentía morir, hizo un último sacrificio por los pobres: pidió a un colaborador de su banda que le entregase al gobernador y que repartiese la recompensa entre los pobres de Culiacán. Así fue. Le ahorcaron, y el gobernador, prendido de odio, emitió un bando en el que prohibía que se le enterrase. Su cuerpo quedó donde mismo le ahorcaron, y la gente del pueblo, agradecida por la buena obra que hizo por ellos el santo en vida, le arrojaba piedras al cadáver cuando pasaba por su lado. Así fue como le construyeron una tumba a Malverde sin incumplir el bando dictado por el gobernador.

En la puerta de la capilla del santo Malverde, en Culiacán, venden toda clase de recuerdos relacionados con él, su vida y milagros, igual que ocurre en todas las iglesias cristianas al menos en el mundo latino. Venden escapularios, rosarios, un libro de oraciones (¡¡oraciones al santo Malverde!!), y un librito con su historia.

Muchos dicen que esta historia es leyenda, que los narcos buscan algo que justifique su negocio. El caso es que la imagen de Malverde, cuyos bustos e imágenes recuerdan a Pedro Infante, otro sinaloense ilustre, es la imagen que los narcos buscan para sí mismos. Trabajan al margen de la ley, son increíblemente violentos, pero allá donde radican hacen estupendas obras sociales para los más desfavorecidos. Sustituyen al Estado donde éste no llega. Y como todos, necesitan tener un referente espiritual.

Yo, que ni creo ni descreo, me he colgado el escapulario como agradecimiento a mi compañero primero y por si acaso después. Ya les contaré lo bien o mal que se porta el santo Malverde conmigo.

martes, julio 12, 2005

Metrobus

Le llegó el turno al Metrobús en este blog. Es la última obra del todavía alcalde de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, del Partido Revolucionario Democrático, PRD, el partido más de izquierda en este país, sin que eso, como ocurre últimamente en todas las partes del mundo, quiera decir mucho, que surgió hace algunos años de una escisión del PRI, el todopoderoso PRI.

Luego regresaré sobre López Obrador y la alcaldía de la ciudad más poblada del mundo, o al menos, una de las más pobladas, no quiero herir susceptibilidades, pero de momento me quedo con el Metrobús. Primero tengo que introducir el tema explicando cómo funciona el transporte público en la Ciudad de México. Hay metro, que funciona muy bien, aunque tiene el problema de que no da servicio a toda la ciudad y tiene unas conexiones medio extrañas. Es decir, si tienes suerte y los lugares de salida y destino tienen comunicación directa, el servicio es bueno, rápido y barato, pero no conecta todas las partes de la ciudad. Y tiene otra peculiaridad que ocurre en otros lugares del mundo pero que yo no conocía hasta que llegué aquí. En las horas punta separan a las mujeres y a los hombres en diferentes vagones para evitar ataques sexuales. Y para alguien como yo, que soy Gulliver en Liliput, pues todavía mejor, porque no sólo evito las metidas de mano sino que puedo respirar. Las mujeres chilangas son muy bajitas (media de metro y medio) así que cuando va muy lleno yo prácticamente ni me entero, porque todas me quedan a una altura como por el pecho.

Además del metro hay una red de autobuses, microbuses y furgonetas tipo volkswagen que también funcionan como autobuses. Se organizan por rutas, pero no hay una compañía municipal que los administre. Cada conductor es propietario de su vehículo y se afilia a una ruta (aunque el servicio sí está regulado, todos siguen el mismo camino y cobran las mismas tarifas). Aunque hay algunas paradas donde todos se detienen, los mexicanos no tienen costumbre de acudir a ellas para tomar un autobús, sino que los paran en la calle como si fueran taxis, donde les pille. No hay un horario de frecuencia tampoco, así que es un servicio medio caótico, pero relativamente rápido y cómodo (en cualquier lugar puedes siempre tomar un autobús). Lo peor es que en la ciudad, como todas las grandes ciudades, el tráfico es infernal, con el añadido de que se van deteniendo en cada esquina, con lo que si tienes prisa, el viaje puede ser motivo de infarto.

Precisamente para mejorar este servicio López Obrador ideó el Metrobús, casi como experiencia piloto. Hizo algo parecido al servicio de autobuses que conocemos en Europa, aunque con algunas particularidades. Creó una empresa mixta (de capital público y privado) que lo gestiona, y entre dos estaciones de metro de una sola avenida de la ciudad, la avenida Insurgentes, que tiene alrededor de 60 km, le hizo un carril exclusivo, con sus paradas correspondientes, y retiró todos los autobuses y microbuses que operaban en esa ruta para que sólo funcione el Metrobús, que no es más que un autobús urbano común y corriente a la europea, con la salvedad de que va por un carril exclusivo, como si fuese línea de metro. Y las tres primeras semanas de servicio, gratis para todos (ahí el sello populista del bienintencionado alcalde).

El primer día, fue un colapso. Los autobuses iban hasta la bandera, se formaron enormes filas de gente porque la frecuencia no era mucha, el tráfico colapsó por la falta de un carril y por la cantidad de gente que usó el transporte privado o taxis para desplazarse por la avenida… Ni un día de gracia le dieron al invento, al día siguiente toda la prensa tildaba de fracaso la iniciativa. La responsable del servicio tuvo que dimitir antes de haber sido presentada. Las críticas han continuado, aunque el servicio es bueno. Los chilangos (habitantes de la Ciudad de México) no tienen costumbre de esperar al autobús, de hacer fila para tomarlo o de ir aplastado (y no les culpo, es difícil tener la sangre fría de los ingleses, por ejemplo). A las críticas, tanto en la calle como en los diarios, se sumaron otros problemas. Los dueños de autobuses que operaban esa ruta fueron o bien reubicados en otras rutas con renovación del vehículo o bien jubilados con cierta indemnización, pero a pesar de eso, hicieron su protesta con manifestación incluida, por el cambio. Luego, la empresa mixta encargada de la gestión del Metrobús salió diciendo que el presupuesto para que el transporte fuese gratis se había agotado en la primera semana. Y luego, todo el mundo se quejaba de que son muy pocos autobuses, de que el servicio ha echado a andar antes de que estuviese toda la infraestructura terminada… Como siempre pasa en estos casos, nadie tiene la paciencia de esperar a que el servicio se estabilice. La verdad, yo como usuaria tengo que decir que es cierto que es incomodísimo porque sí va siempre llenísimo, pero el trayecto es más rápido y el servicio es mejor. Desde ayer el servicio es de pago, y todavía no he podido comprobar de primera mano cómo está yendo, aunque estoy convencida de que poco a poco se irá normalizando. Quién sabe la continuidad que tenga, porque el año que viene hay elecciones y aquí las cosas sólo duran el tiempo que dura el jefe. Cuando llega otro jefe, todos a la calle y nuevos proyectos.

martes, julio 05, 2005

Chiapas

Alguna gente me pregunta últimamente desde España cómo sigue la cuestión de Chiapas. El EZLN llevaba un tiempo sin ocupar espacio en los medios de comunicación, sin que esto quiera decir que estaban perdiendo influencia en el Estado de Chiapas o que hubiese dejado su lucha. Pero de repente, Marcos lanza un comunicado y vuelve a la primera línea con un discurso bastante diferente al que ha venido trayendo en los últimos tiempos. Y a mí que soy una desconfiada, lo que me da que pensar es que se acercan las elecciones presidenciales, que son el año que viene y Marcos, que siempre se ha caracterizado por su faceta comunicativa, quiere que Chiapas, o más bien su negociado, poniéndome de mal pensada, no se quede fuera de los programas electorales. De nuevo, apenas se habla de esto en los medios de comunicación diarios, que suelen centrarse en las declaraciones de unos y otros. Pero hoy he encontrado un artículo interesante, publicado en un newsletter mexicano que se llama Sentido Común, y me pareció que debía estar en este blog. Aquí lo lanzo.

Los rebeldes Zapatistas reaparecen para impulsar su agenda
por James C. McKinley Jr.
New York Times News Service
Oventic, Chiapas, 1 de julio – La señal en el camino a la entrada de este pueblo Zapatista dice: “Cerrado por Alerta Roja”, y lo que normalmente sería un bullicioso conjunto de tiendas, escuelas y fábricas de zapatos, así como de una clínica de salud, está en calma. Los rebeldes enmascarados que normalmente vigilan Oventic han sido llamados a una reunión en algún lugar de la selva en el sur de México.
Después de años de relativa calma, la veleidosa paz entre el gobierno y los Zapatistas se vio perturbada hace unos días luego de que los líderes rebeldes pusieron a sus fuerzas en alerta roja, cerraron los cinco centros de gobierno que establecieron en Chiapas en 2003, y dieron a conocer un aluvión de comunicados en los cuales hacían un llamado por un movimiento político de izquierda en toda la nación.
Aquí en Chiapas y en la Ciudad México, la pregunta es: ¿a qué le tira Marcos, el líder rebelde?
Los temores iniciales de que los rebeldes estaban planeando una ofensiva o reconcentrándose para atacar al gobierno se evaporaron después de que Marcos declaró en un comunicado desde su escondite en la selva que los Zapatistas no tenían ninguna intención de regresar a la lucha, la cual terminó oficialmente en 1995.
Sin embargo, desde entonces, Marcos ha dado a conocer varias misivas en internet poco claras. En la última, publicada el jueves, decía que los rebeldes tratarían de unirse para apoyar una agenda izquierdista antes de la carrera presidencial de 2006, y que enviarían una delegación de Zapatistas por todo el país para unir a los trabajadores de izquierda, a los activistas y a los estudiantes.
La misión de la delegación sería reescribir la constitución y “construir desde abajo una alternativa a la destrucción neoliberal y una alternativa de izquierda para México,” escribió Marcos, un académico cuyo nombre real, de acuerdo a los funcionarios del gobierno es Rafael Sebastián Guillén Vicente, y quien alcanzó una fama vertiginosa como el enmascarado y adversario armado del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, en la década de los noventa. “Iremos con nuevas políticas, por un programa de izquierda y una nueva constitución”.
La declaración estaba salpicada de retórica anticapitalista y en ella Marcos acusaba a los políticos de México de pisotear los intereses de los trabajadores y de los campesinos para favorecer al libre mercado.
“Lo que está pasando en México es que éste se ha convertido en un lugar donde las personas nacen y mueren sólo para trabajar por el enriquecimiento de los extranjeros, principalmente de los ricos gringos,” dijo.
El último comunicado de Marcos terminó con la especulación de que él podría intentar entrar a la contienda política como candidato a la presidencia o que estaba tratando de transformar a su banda de rebeldes en un partido político, una teoría que se ha extendido en los últimos días.
Pero dejó sin responder el tipo de papel que él está buscando representar en las elecciones presidenciales del próximo año.
Los candidatos más probables que se presentarán a las mismas son el ex ministro de gobernación del partido de centro-derecha del presidente Vicente Fox, el jefe de gobierno de la Ciudad de México y el líder nacional del partido que gobernó México durante siete décadas.
Marcos ha criticado duramente al jefe de gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, quien lleva la delantera en las encuestas. Los comentarios borraron cualquier noción de que el profesor marxista apoyaría a López Obrador sólo porque este era el más izquierdista de los candidatos.
En 2001, los Zapatistas marcharon por todo el país hasta la capital buscando aprobar reformas constitucionales que dieran mayores derechos a los pueblos indígenas. Pero cuando el Congreso aprobó una versión truncada de esas reformas, los rebeldes y su enigmático líder se retiraron a la selva y establecieron gobiernos autónomos en una docena de ciudades.
Desde entonces han establecido cinco centros de gobiernos regionales como el de Oventic, conocido como caracoles, cada uno conformado por juntas de representantes de los municipios rebeldes. Los centros regionales han hecho alarde de haber construido escuelas y hospitales, así como tiendas de artículos hechos por los indígenas, que van desde zapatos hasta mantas.
La estrategia de la administración de Fox ha sido enviar dinero para obras públicas en las ciudades no controladas por los Zapatistas, mientras que ha también mantenido bases militares a todo lo largo de los caminos más importantes de la región rebelde.
En estos días, el antiguo territorio que los rebeldes controlaban en 1994 es una extraña mezcla. El gobierno de Fox controla pueblos que están justo a un lado de municipalidades administradas por los rebeldes. La animosidad entre las ciudades que controla el gobierno y las ciudades controladas por los rebeldes ha subido de tono.
Aún cuando grupos internacionales de ayuda continúan enviando dólares a la región de los Zapatistas, los intentos pacíficos de los rebeldes por establecer sus propias comunidades utópicas los han sacado del centro de la atención pública.
Carlos Montemayor, un escritor que vive en la Ciudad México y quien simpatiza con los rebeldes, dijo que ésta no es la primera vez que Marcos manipula la situación magistralmente para promover su ideología marxista, sin tener que disparar un tiro.
“Esto no es nada extraordinario”, dijo Montemayor. “En los 11 años que han pasado luego de la rebelión, los Zapatistas han demostrado tener capacidad para la acción política. Yo creo que lo que está sucediendo es una demostración de que ellos todavía tienen capacidad para la acción política.”
Traducido por Midiala Rosales Rosa

lunes, julio 04, 2005

posdata

Y quería hablar del Metrobús, pero ya lo dejo mejor para otro día...

fin de semana politico

Hoy es lunes. El fin de semana ha sido muy político, no para mí, pero sí para el país. Primero el sábado, 2 de julio. Se conmemoraban cinco años de la victoria electoral de Fox. Se organizó una marcha por la avenida de la Reforma, que en México viene a ser como la Castellana madrileña. En teoría era para conmemorar el fin de la dictadura del PRI, pero también, de paso, cómo no, pues para hacer campaña o como quieran llamarlo, propaganda o proselitismo del PAN, partido de derechas que gobierna desde el 2000. Ha sido una marcha muy polémica, por esto de la utilización política (tampoco me voy a entretener con esto porque no voy a descubrir la pólvora, todas las marchas tienen un sentido político y a menudo partidista en cualquier parte del mundo) pero también porque el domingo había elecciones en dos Estados de la República.

Las cifras que he leído a salto de mata en las portadas de los diarios dicen que 200.000 personas acudieron a la marcha. No sé si es mucho o poco, en España sería multitudinaria, pero teniendo en cuenta que en el Distrito Federal viven alrededor de 20 millones de personas y en todo el país 100, pues a mí se me hace poco.

Me tocó vivirla tangencialmente. Andaba yo, en mi fin de semana familiar, con mis compañeros de departamento, buscando un falafel en la Zona Rosa para comer. Algunas calles del barrio estaban cortadas y veíamos pasar gente con sus gorritas o sombreros de paja para el sol. Nada de masas, más bien grupitos y tampoco pasaban continuamente. El barrio estaba tranquilo. De camino al mercado del Chopo, bien espachurrados y muertos de calor en ese último invento del alcalde del DF que es el metrobus (del que hablaré más adelante), en el cruce de Insurgentes con Reforma, la verdad, yo no vi ninguna marcha. El tráfico no estaba cortado, y sí había gente, pero por una de las riberas de Reforma y pasando en pequeños grupos. Igual era la hora, alrededor de las tres de la tarde, igual ya era muy tarde y la gente que yo vi más bien andaba en retirada, pero desde luego, no me pareció ni siquiera representativo. Si esa era la celebración del PAN, voy a tener que hacer caso a esa gente que dice que el año que viene va a volver a ganar el PRI. Había más gente en la cantina en la que estuvimos después de pasear por el Chopo que en Reforma.

El domingo también fue día de actividad política. Había elecciones en el Estado de México y el Estado de Nayarit, dos Estados bien diferentes pero con parecidos resultados electorales: victoria del PRI. Ninguna de las dos ha sido sorprendente, pero la del Estado de México es bastante representativa. Dicen por aquí que es el laboratorio del PRI para las elecciones federales, aunque bien es verdad que en la última ocasión ganaron en el Estado y perdieron en la República.

Los titulares de hoy dicen que gana el PRI en los dos, pero lo que no cuenta más que La Jornada es que el abstencionismo en el Estado de México ha sido del 58%. Más de la mitad de la población del Estado con más gente de todo el país no ha votado quién le va a gobernar los próximos seis años. Las alternativas eran las siguientes:

-Enrique Peña, ganador, el niño bonito, joven, de familia bien, que postulaba por el PRI. Le han salpicado con supuestos escándalos toda la campaña: que si ha gastado demasiado dinero sin saber su procedencia, que si había líos en el instituto electoral que iban a amañar las elecciones, jaleos con las papeletas… Yo, después de 70 años gobernando, no voy a poner en duda que el PRI es una mafia, pero quién sabe si ha sido por eso por lo que haya ganado.

-Luego estaba Rubén Mendoza, segundo en los resultados, por parte del PAN. Me cuentan de este señor que se cambió del PRI al PAN porque en el PAN precisamente le ofrecían esta gobernatura, por tener realmente posibilidades de ganarla. De hecho, lideró las encuestas durante bastante tiempo, pero en los últimos meses que ambos candidatos andaban empatados perdió los nervios y empezó a decir tonterías como que iba a perder porque él era más feo que Peña. Al final ha perdido, quién sabe si por estas tonterías o por la maquinaria del PRI.

-Por último, estaba Yeidckol Polevnsky, del PRD, la protegida del alcalde de la Ciudad de México. Llevaba el mismo programa para el Estado de México que a López Obrador le hizo alcalde de la ciudad más grande del mundo, pero nunca nadie (oficialmente) le dio por ganadora. También le atacaron en la campaña. Aunque en México cualquier nombre, por más inverosímil que parezca, es posible, en este caso la chica se lo cambió porque hace años le violaron y quién sabe cuántas cosas más (nunca me enteré bien de la historia) y ella decidió cambiar su identidad para que no le relacionasen con su familia. La verdad, a mi visión superficial y de extranjera, me parecía la más creíble de los tres, pero yo siempre voy con los perdedores, así que tenía claro que no iba a ser gobernadora. Por otro lado, me pregunto si hay alguna gobernadora en México, porque me parece que no. Las mujeres todavía no están bien colocadas en la política mexicana, ni es políticamente correcto, como si ocurre en mi país, eso de la paridad. La única mujer que sobresale es Marta Sahagún, la mujer del presidente, que sin que nadie le haya votado, se hace atribuciones de presidenta y muchos dicen que es la que mueve los hilos en la sombra. Independientemente de que eso sea verdad o no, en México el machismo y la misoginía es aún más fuerte que en España.

Del Estado de Nayarit apenas puedo hablar. El Estado de México es el más poblado del país (de hecho, rodea al Distrito Federal y mucha de la gente que vive en la ciudad de México pertenece realmente al Estado de México, es su continuación natural) y tiene mucha importancia para la República por otros motivos. Nayarit, que es un Estado que está en la costa del Pacífico, entre Sinaloa y Jalisco, es un Estado pobre, con mucho menos peso en la República. Los medios de comunicación apenas han hablado de la campaña nayarita. De hecho, yo que sigo las noticias políticas de manera muy superficial o muy tangencial, hablando con más propiedad, apenas conocí a los principales candidatos por una entrevista telefónica una mañana de camino al trabajo que no duró más de quince minutos (incluyéndoles a todos). Ahí me enteré que el candidato del PRD (el partido equivalente a Izquierda Unida) había abandonado el PRI no hace mucho, que el PRI gobierna en este Estado desde hace tiempo (y todo parece indicar que vuelve a ganar) y que el PAN se dedica a criticar a sus adversarios en lugar de contar su programa electoral. (Programa electoral, me pregunto si los políticos saben lo que es eso).

También me surge la pregunta de por qué han dejado de votar más de la mitad de la población del Estado de México. A muchos, me imagino, la política ni les va ni les viene, bastante tienen con encontrar el dinero para poder comer caliente cada día. Pero ¿y el resto? ¿Será porque piensan que de todas maneras iba a ganar el PRI con su mano negra? ¿No les convenció ninguna de las tres propuestas? ¿Por qué no me cuentan eso los periódicos, en lugar de contarme las estupideces que han dicho los tres candidatos a última hora? (Que siempre dicen lo mismo, por otro lado).

En cualquier caso, es curiosa la política en este país. Los políticos son del mismo corte que en todos los países, al menos en los que yo conozco. Hacen los mismos gestos, casi dicen las mismas frases. Es como el fútbol, están mimetizados, parece que se estudian unos a otros más allá de las fronteras para comportarse todos de la misma manera, en plan gremial. Supongo que es lo que tiene la televisión, que nos ha globalizado bastante. En México hay una particularidad que no veo en España. El sistema es sexenal y los ganadores no son reelegibles, así que se crea un sistema mucho más personalista, donde la manera de escalar es igual que en España, a través de favores personales y escalando posiciones, pasando de alcaldía a gobernatura o cámara de diputados y así cada vez más arriba. Pero además, ocurre una cosa muy curiosa que no he visto en España. Los candidatos, sea a nivel estatal o nacional, hacen campaña personal. Es decir, antes de ser candidatos del partido hacen campaña contra otros miembros de su mismo partido para ser elegidos candidatos. La cantidad de esfuerzos y dinero que se gasta en esta precampaña interna, me parece una locura. No creo que el sistema partidista que hay en España sea el más perfecto, pero desde luego, y quién sabe si sea por mis ojos gachupines (como nos llaman despectivamente en este país a los españoles), me parece mucho más correcto de cara al ciudadano. Al menos en las elecciones internas de los partidos españoles no desperdician tantos recursos que al final quienes los pagan, de una u otra manera, son todos los mismos.

Y yo, mientras todo esto ocurría a mi alrededor, andaba haciendo un corto de animación de 20 segundos con mis compañeros de departamento, en un concierto de música surf de un grupo argentino, o ligando con el bajista de un grupo que tocaba en un bar grandes éxitos de música tipo soul, de esa que suelen poner en un pub irlandés que todo el mundo se sabe y corea con una cerveza en la mano…