Descubriendo México

martes, febrero 14, 2006

De estacionamientos y estacionadores

Encontrar aparcamiento es el gran dolor de cabeza de todos los conductores del mundo. México no es la excepción en eso. Más bien al contrario, en una ciudad de 20 millones de habitantes, tener coche puede ser un auténtico dolor de huevos. El tráfico es una pesadilla, pero encontrar donde dejar coche cuando se sale a tomar una copa o a cenar a un restaurante puede ser incluso más difícil.

Para eso están los valets parkings. Así le dicen al servicio que ofrecen restaurantes, bares, y similares a sus clientes. Son personas que se encargan de aparcarte el coche y cuidártelo mientras disfrutas de tu salida. Y aquí viene lo curioso, lo que me llama la atención hasta el punto de escribir sobre eso. La mayor parte de estos locales no tienen un aparcamiento propio, un lugar privado donde estacionar los coches. Los aparcan en la calle. Es decir, estos chicos (porque es raro ver una mujer en el valet, quién sabe por qué, pero es un hecho) se llevan tu coche y lo dejan en una acera de la misma manera que podrías hacerlo tú. O incluso peor, porque es bastante frecuente que aparquen en zonas prohibidas, encima de la acera, etc. Si llega la policía para multarlos, seguramente saldrán y le darán la mordida correspondiente para evitar que se lleven los coches de sus clientes. Pero el peligro de robo, golpe, etc., es exactamente el mismo que si lo hubiera aparcado el dueño. Y no es un servicio gratuito, te cobran una tarifa que suele estar en torno a los 20 pesos (algo así como 1,5 euros) y a veces incluso le tienes que dar una propina al chico.

Es decir, uno va a un bar, le deja el coche a un encargado al que se le paga porque aparque el coche en cualquier lugar de la calle o las calles aledañas, donde encuentre. Yo, en este país, a veces me siento como Obélix, ojalá fuera por los superpoderes, pero más bien tiene que ver con la sorpresa. “Están locos estos romanos”. Bueno, está bien, también por lo tragona, aunque a mí no me gustó nunca el jabalí…

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